Llueven balas a campesinos de Yosoñama

Llueven balas a campesinos de Yosoñama

 

Oaxaca de Juárez, Oaxaca. Los hechos que mantienen en tensa situación a los comuneros de Yosoñama, los ha orillado al abandono de sus tierras y al temor constante, pues en cualquier momento pueden ser blanco de las balas de los pistoleros de San Juan Mixtepec, dijo Severo José González, quien narró que la mala puntería de sus vecinos aún lo mantiene con vida.

Con ropa que refleja la pobreza de las comunidades mixtecas, este comunero sentenció que la vida en el campo es difícil y es casi un infierno cuando se tiene un clima tan peligroso como el de los últimos años debido a que los caciques de Mixtepec se han querido apropiar de mil 700 hectáreas de tierra.

           

Desde hace poco más de cuatro años, el Movimiento Antorchista ha exigido al Gobierno federal su intervención para que se haga justicia y se haga una repartición igualitaria entre ambos poblados, en un conflicto que ha cobrado la vida de al menos 20 antorchistas y el secuestro masivo de 39 más.

El domingo, dice Severo González, “me dirigía a la siembra como todos los días, y es que de ahí sobrevivimos, cuando de repente se escucharon disparos que desconocíamos de dónde provenían, fueron minutos de mucho miedo, pues nuestras vidas una vez más estuvieron en peligro”.

Se refiere a uno de esos momentos que se vive día a día en los campos de Yosoñama, cuando pastorean sus animales, cuando van por leña al monte o cuando intentan trabajar sus tierras -parece que nos vigilan y de repente disparan, ese día me salvé de milagro, no tuvieron puntería, pero cerca me pasaron las balas-, señala.

Cuenta que tuvo que correr para refugiarse de las balas en unos matorrales cercanos,  “sentí de cerca la muerte, escuche los zumbidos de los disparos”, creí que estaba seguro en ese lugar, pero no fue así, por suerte también, estoy vivo, indicó.

Historias y narraciones de este tipo, hay muchas en Yosoñama, hay quienes han salvado la vida escondiéndose detrás de un tronco o una piedra, o porque las balas han tocado a los animales: burros, chivos, vacas; pero no a ellos.