19 de febrero de 2014

Tontos e intolerantes

Tontos e intolerantes
Aquiles Montaño Brito

El jueves 13 de febrero, un grupo de antorchistas del sur de la capital de Puebla se presentó en las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas para solicitar que el ayuntamiento -entonces encabezado por Eduardo Rivera Pérez- aplicara el recurso completo que tenía asignado para sí la construcción de una casa de cultura en la colonia Unión Antorchista. El reclamo de los colonos tenía los siguientes antecedentes: en noviembre de 2012, el Movimiento Antorchista logró desde la Cámara de Diputados la etiquetación de 5 millones de pesos para la edificación de la ahora famosa casa de cultura; casi un año después, comenzaron los trabajos de construcción en los que el ayuntamiento sólo aplicó 3 millones 300 mil pesos. El domingo 9 de febrero, los funcionarios de Obras Públicas notificaron a los antorchistas que habían sobrado 1.7 millones de pesos y que éstos serían devueltos a la Secretaría de Finanzas del Gobierno del estado, para que a su vez ésta los regresara a la federación. Así las cosas, los colonos buscaron desde el lunes 10 una cita con el titular de Obras Públicas del municipio, para pedirle que el recurso “sobrante” se aplicara en la ampliación de la misma casa de cultura: más infraestructura que sirviera para incrementar el número de alumnos que podrían usar el inmueble, cosa necesaria, tomando en cuenta que la colonia está clavada en uno de los cinturones de miseria de la capital del estado. Del lunes, como dije, al miércoles, sólo tuvieron por respuesta majaderías y negativas.
         
Éstas son las razones por las que el día jueves 13de febrero, un grupo colonos realizó un mitin en la dependencia de marras, misma que al “periodismo místico” del diario Intolerancia le pareció “tonta” y, por ello, el día viernes publicaron una oprobiosa nota que titularon “Antorchos rijosos protestan a lo tonto” (las cursivas son del original) y en la que hicieron gran despliegue de ignorancia y falta de oficio periodístico que se resumen en dos breves párrafos. El primero de ellos, según las sesudas averiguaciones que in situ (espero) realizaron los Sherlock Holmes de Intolerancia, es que “para dicho proyecto (o sea, la casa de cultura), el ayuntamiento consiguió 5 millones de pesos provenientes del Fondo Regional que entrega la federación al estado y éste al municipio”. Primera mentira redonda. Falso que el ayuntamiento de Eduardo Rivera Pérez haya “conseguido” 5 millones de pesos para la casa de cultura; el recurso para la construcción fue logrado gracias a las gestiones de los diputados federales que pertenecen al Movimiento Antorchista y que son cuatro: Soraya Córdova y Lisandro Campos (de Puebla) y Jesús Tolentino Román Bojórquez y Brasil Acosta Peña (del Estado de México) durante la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación 2013. Ésta es la verdad monda y lironda, comprobable ante cualquiera que pida pruebas, y que tiene su razón de ser en la política de educación cultural que a lo largo y ancho del país ha desplegado nuestra organización y que quienes nos conocen un poco la saben sobradamente. Además, porque no es la única casa de cultura que se construye en el estado gracias a las gestiones de Antorcha; para muestra está la de Balcones del Sur en la capital, la de Tecomatlán, la de Santa Inés Ahuatempan, y otras que no menciono para no hacer muy larga la lista. La segunda invención de Intolerancia, que deja muy atrás a cualquier cuento nacido de una mente pródiga en imaginación , dice así: “De los recursos recibidos (para la casa de cultura), sobraron 1.7 millones de pesos que serán regresados a la Secretaría de Finanzas, lo cual incomodó a la agrupación y fue entonces cuando exigieron (sic) que se les entregue en efectivo”. Lo que nosotros solicitamos, como dije al inicio, es que el dinero se aplicara en la ampliación de la propia casa de cultura, de tal forma que esto sirviera para incrementar la matrícula de los jóvenes que puedan asistir a practicar las bellas artes. Jamás pedimos el dinero en efectivo, por la sencilla razón de que nosotros no vivimos del erario público como sí lo hacen ciertos medios de comunicación presupuestívoros a través de la famosa publicidad oficial en la que los gobienos se gastan el dinero que deberían invertir en obras para abatir la pobreza, principal problema de México y, sobre todo, de la capital del estado; y, en segundo lugar, porque eso es, administrativamente, imposible, por lo menos para quienes no están insertos en los círculos de poder, como es, obviamente, nuestro caso.
           
Debido a que las mentiras en la nota eran evidentes, al punto enviamos una carta al director del diario solicitando derecho de réplica, en la que explicábamos los datos arriba señalados y nos manifestábamos en contra de que Intolerancia nos maltratara de esa forma, porque no es la primera vez que lo hace. Sin embargo, el diario publicó otra nota, más agresiva, y que a su vez exhibe mejor la falsedad de la “mística periodística” de Intolerancia. En esta segunda entrega se afirma que “la organización Antorcha Campesina trató de “inflar” tanto los costos como volúmenes de materiales para la construcción de la casa de Cultura que está ubicada en la colonia Unión Antorchista (…) En entrevista, el funcionario municipal (Felipe Velázquez) aseveró que para dicho proyecto, el ayuntamiento consiguió 5 millones de pesos provenientes del Fondo Regional que entrega la federación al estado y este (¡sic!) al municipio”. Además de la evidente falta de conocimiento de las reglas elementales de ortografía, los “periodistas profesionales” de Intolerancia hacen gala de una descomunal falta de lógica porque creyeron en la retorcida versión de un funcionario que para intentar tapar una mentira, le encima otra, con lo cual deja en paños menores su ficción original y muestra al mundo las miserias que se esconden debajo de la careta de “funcionario público” y de paso, también, las que se esconden debajo de la máscara del “periodismo profesional” que por falta de rigor racional cae en la trampa. Ahora entiendo de dónde viene la mística de la que presumen, la “razón oculta”. Pero, veamos: aceptando que el ayuntamiento fue quien “consiguió” el recurso para la casa de cultura, como afirmó Felipe Velázquez, ¿no se deduce de ahí que entonces fue él quien “infló” el recurso desde el inicio, puesto que él, alma de artista preocupado por la cultura, concibió el proyecto y echó sobre sus espaldas la difícil tarea de gestionar los recursos para la cultura de los poblanos? ¿No es esto tan cierto como que un burro jamás podrá tocar la flauta? ¿Y si el ayuntamiento estaba tan “preocupado” por la cultura, a poco no sería lógico que buscara la forma de invertir hasta el último peso en la construcción, modernizándola y ampliándola? A título de hipótesis, pregunto: ¿No será más bien que un grupo de politiquillos urdió el plan para “regresar” (¿?) el dinero y que usaron para sus fines a un grupo de “periodistas” con los cuales se identifican? Cada quien que saque sus conclusiones.

Pero lo real es que el ayuntamiento no gestionó nada y así se cae el teatro montado para golpear a una organización que desinteresadamente se preocupa por enraizar el arte entre las capas más pobres del país. Y ésta es la única razón por la cual pedimos que el recurso etiquetado se aplique en su totalidad, dado que lo más sensato es que, si ya se aprobó que el dinero se invierta en un rubro al que en general no se le da la importancia que debiera, pues se use para tal fin y se construyan más salones o se equipe la casa de cultura de la que hablamos, con lo cual resultaría que más jóvenes puedan tener clases de teatro, danza, música, pintura, etcétera. Y esto, precisamente esto, es a lo que Intolerancia llama “manifestarse a lo tonto”. Pero ¿no es más tonto y perverso dar crédito y foro a mentiras, aunque vengan desde los altos círculos de poder? ¿O es que acaso, apantallados por el alto cargo de quien las dice, a los “periodistas” se les ofusca el cerebro y las transcriben tal cual? ¿No es más tonto e inútil regresar el dinero, en lugar de que se use de forma correcta, bajo todas las reglas que exigen las instituciones, en una obra con la cual muchos jóvenes pueden asegurarse un mejor futuro? Y eso en el caso de que regresaran el dinero, como afirman que lo harán… porque de asaltos impunes al erario público está llena la historia del país. ¿O no es cierto?


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